Paco Morales García fotografiado en 1923 en Tetuán . Archivo: Teresa Janeiro |
Paco Morales García fue escolta personal de Carmen, la pequeña hija de Franco, futura duquesa de Franco.
Nació en Jerez de la Frontera. Casó con la esteponera Ana Janeiro Navarro, hija de Emilio Janeiro Córdoba y de Ana Navarro.
Fruto de su matrimonio nacieron dos hijos, Francisco y Ana María.
Estuvo destinado en Ceuta y posteriormente fue trasladado a Tetuán.
Recordemos que su suegro, Emilio Janeiro Córdoba, era cuñado del doctor Miguel Jerez Marmolejo y, que aquel regentó una fábrica de sombreros de su propiedad en distintas ubicaciones de Estepona. Primero se instaló en calle Sevilla, posteriormente, la trasladó a calle Pepe Escarcena, (actual central de Telefónica) y finalmente, al Torrente de Calancha, actual panadería Granier.
Paco Morales con Ana, su esposa y su primogénita Ana María, fotografiados el 15 de junio de 1923 en Tetuán. Archivo: Teresa Janeiro |
Cuando Franco aterrizó con el histórico Dragón Rapide en Tetuán para iniciar la sublevación, designó a varios guardias civiles para su escolta personal, entre ellos se encontraba Paco. A éste, le encomendó la misión de escoltar y proteger a María del Carmen, su hija unigénita. Franco después de entrevistarlo, le advirtió con esta siniestra frase: “ -Te encargo la custodia de mi amadísima hija, excuso decirte que ante una situación de peligro, ¡ tu vida, por la de mi Nenuca !”. Por fortuna, Paco nunca se encontró en esa tesitura.
Fue durante toda su vida, la sombra protectora de Carmen Franco y posteriormente, también lo sería de sus hijos.
Hay una anécdota que contaba, y es qué, en días próximos a la Navidad, siendo los nietos de Franco aún pequeños, le preguntaron a Paco - a quien apreciaban -, que querría como regalo para esas fiestas, este les contestó, que le gustaría le regalaran un puro de los que tenía el abuelo en una caja de madera de su despacho.
Ceuta, 21-10-1929. Ana Janeiro, esposa de Paco, fotografiada, con su hijo, Francisco. Archivo: Teresa Janeiro |
Reverso de la fotografía superior con dedicatoria a Ana Navarro. Dice así: "A mi querida madre le mando este retrato de su hija que no la olvida. Ceuta, 21-10-1929, Ana" |
Los nietos de Franco prestos a satisfacer a Paco, emprendieron la marcha hacia el despacho de palacio para solicitar lo que demandaba el escolta. Una vez estuvieron en presencia del abuelo y oída la petición, Franco accedió y cada uno cogió un puro, con lo cual, al ser tan numerosos, dejaron la caja casi vacía.
Franco no fumaba ni permitía que nadie lo hiciera en su presencia. Se cree que esos puros se los podría haber regalado Fidel Castro, que, pese a lo que podríamos pensar, entre ellos existía una admiración mutua, tal es así que, cuando Franco falleció, el Gobierno Revolucionario de Cuba decretó tres días de luto. El régimen comunista quiso quedar bien con España, pero al mismo tiempo, no quería airear a la opinión internacional ese gesto y debía ser secreto, pero un periodista español lo desveló y no tuvieron más remedio que reconocerlo. Aunque ambos dictadores estuvieron posicionados ideológicamente en las antípodas, en el fondo, se entendían perfectamente.
Tanto en la boda de Carmen Franco Polo, como en todos los acontecimientos importantes de la vida de esta familia, él, por motivos obvios, estuvo presente. En muchas ocasiones, aparecía fotografiado en segundo plano en los distintos diarios y revistas del país que cubrían los eventos de esta familia.
Cuando Carmen Martínez Bordiú Franco casó con el Duque de Cádiz el 8 de marzo de 1972, encargó a sus hermanas, que el ramo de novia lo depositaran en la tumba de Paco en el cementerio de Mingorrubio, donde reposan sus restos mortales.
Ana Janeiro, esposa de Paco, fotografiada en El Pardo junto a su hijo Francisco. Diecinueve de octubre de 1950. Archivo: Teresa Janeiro |
Existen varias cartas de Paco Morales dirigidas a su suegra, la esteponera Ana Navarro las cuales he tenido el privilegio de leer, donde hace referencia a su vida con la familia del dictador y los viajes al Pazo de Meirás. Son una verdadera joya como documento histórico, pero considerando que es algo muy privado, he preferido no publicarlas.
Su yerno, Antonio (Toñin) Blasco Calle también Guardia Civil, ingreso en la escolta personal de Franco pasando después a la del rey Juan Carlos I. Posteriormente, dejó el cuerpo de la Benemérita y se trasladó a Valencia donde trabajó de comercial. Este matrimonio tuvo un trágico final. Fallecieron el 21 de julio de 1981 en un accidente de tráfico [1] a la altura de Manzanares (Ciudad Real) cuando viajaban para visitar y pasar las vacaciones en Estepona con Ana Navarro, su abuela materna, dejando huérfano a su único hijo, Antonio (Toñín).
Enterada de este luctuoso suceso, la duquesa de Franco, dispuso unos sepulcros en dicho cementerio de Mingorrubio para el destino de los restos mortales de este infortunado matrimonio.
Ana Janeiro, esposa de Paco. Catorce de octubre de 1954. Archivo: Teresa Janeiro |
La colonia de Mingorrubio (pertenece administrativamente al distrito Fuencarral-El Pardo) fue construida en la década de 1960, muy cerca del Palacio del Pardo, para dar alojamiento a los escoltas oficiales de Franco. En esas casas unifamiliares adosadas vivió Paco y su familia.
En el cementerio de Mingorrubio donde descansan sus restos mortales, comparte espacio entre otros con, Franco; su esposa, Carmen Polo; jerarcas del gobierno franquista, Luis Carrero Blanco; Carlos Arias Navarro; el exministro socialista, Francisco Fernández Ordoñez; el expresidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente, asesinado por ETA; el dictador, Rafael Leónidas Trujillo de la República Dominicana; José Banús y diversas personalidades del mundo de las letras y las artes: historiadores, dramaturgos, pintores, arquitectos...
En contra de todas las previsiones, que pronosticaban que el cementerio de Mingorrubio se convertiría en un sitio de peregrinación y un santuario franquista tras el relativamente reciente traslado de los restos mortales de Franco, es un cementerio como cualquier otro, donde se respira paz, quietud y tranquilidad y el número de visitas diarias apenas superan la decena.
Referencias
[1] Testimonio oral de: Teo F. Atienza y Teresa Janeiro
Fuentes
· El País
· ABC
· 20 Minutos
· Testimonio oral y documental de Teresa Janeiro
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